Sobre el papel, Crime O’Clock tiene algo con lo que soñar. Se nos ofrecen investigaciones a través de cuadros de diferentes épocas, en busca de criminales temporales que quieren destruir la línea del tiempo, todo con un toque de «¿Dónde está Waldo?» Pero, de hecho, el concepto se está agotando tan rápido como el paso del tiempo.