El director ejecutivo de Unity, John Riccitiello, ha anunciado que se retirará de la empresa con efecto inmediato. La noticia llega casi un mes después de que la compañía anunciara planes para introducir una controvertida tarifa de instalación para los desarrolladores, lo que provocó una reacción violenta en toda la industria.
Riccitiello dejará su cargo de director ejecutivo, presidente y miembro de la junta directiva. En un comunicado de prensa, Unity afirma que James M. Whitehurst asumirá el cargo de director ejecutivo interino mientras la junta busca un reemplazo permanente. Whitehurst es un veterano de la tecnología que se desempeñó como presidente de IBM de 2008 a 2020 y como asesor senior de 2021 a 2022.
«Ha sido un privilegio liderar Unity durante casi una década y servir a nuestros empleados, clientes, desarrolladores y socios, todos los cuales han sido fundamentales para el crecimiento de la empresa», afirma Riccitiello en un comunicado. «Espero poder apoyar a Unity durante esta transición y seguir el éxito futuro de la empresa». Riccitiello se convirtió en director ejecutivo de Unity en 2014 tras su mandato como director ejecutivo de EA.
«Es un honor para mí unirme a Unity como director ejecutivo y presidente interino en este momento importante de su evolución», dice Whitehurst en el comunicado de prensa. “Con el liderazgo experimentado y los empleados apasionados de la compañía, estoy seguro de que Unity está bien posicionado para continuar mejorando su plataforma, fortaleciendo su comunidad de clientes, desarrolladores y socios, y enfocándose en sus objetivos de crecimiento y rentabilidad. Espero trabajar estrechamente con la Junta y nuestro talentoso equipo global para ejecutar nuestra estrategia, y anticipo una transición perfecta”.
Además, Unity planea publicar sus resultados financieros del tercer trimestre después del cierre del mercado el 9 de noviembre. A continuación se realizará una transmisión web a las 2 p.m. PT/5 p.m. ET.
Unity desató una tormenta de controversia el mes pasado cuando anunció que planeaba introducir una nueva tarifa de tiempo de ejecución. Básicamente, los desarrolladores de juegos desarrollados por Unity tendrían que pagar una tarifa después de que sus títulos se instalaran una cierta cantidad de veces, por instalación. Este mandato incluso se aplicaba a juegos que se habían lanzado antes de la introducción prevista del programa el 1 de enero de 2024.
Unity es un motor especialmente popular para los desarrolladores independientes, y muchos estudios critican públicamente la decisión. Algunos estudios amenazaron con retirar sus juegos de la venta una vez que la tarifa de tiempo de ejecución entrara en vigor, mientras que otros anunciaron planes para cambiar los títulos en desarrollo a un motor diferente y al mismo tiempo instaron a otros a evitar el uso de Unity para proyectos futuros. Unity incluso recibió amenazas de muerte que obligaron a sus oficinas a cerrar temporalmente.
La raíz del problema de los desarrolladores con esta política era que de repente tendrían que pagar una cantidad potencialmente exorbitante de dinero extra por títulos exitosos, incluso si hubieran sido lanzados hace años. Los desarrolladores también expresaron enojo por la falta de claridad y transparencia en el mensaje inicial de Unity, particularmente por los métodos de la compañía para recopilar datos de instalación y porque la política potencialmente violaba el acuerdo de Términos de Servicio original del motor.
Unity finalmente se disculpó en una carta abierta, prometiendo ajustar su política y aclarando algunos de sus elementos más turbios. Aunque este mensaje alivió un poco la ira, muchos desarrolladores han declarado que su confianza en Unity se ha visto irreparablemente dañada y otros pidieron la renuncia de Riccitiello. Si bien muchos han cumplido su deseo hoy, queda por ver si será suficiente para reparar la relación dañada entre Unity y sus clientes.
