Sin lugar a dudas, la mejor parte de Starfield es tu nave espacial, que se puede personalizar o construir desde cero para que parezca cualquier cosa, desde un linda y pequeña mariquita a un destructor estelar masivo.

Así que es una pena que no tengas más control sobre tu nave en Starfield. Puedes librar batallas mientras estás flotando en órbita, pero una vez que estás dentro de la atmósfera de un planeta, todo lo que realmente puedes hacer es ver tu nave aterrizar y despegar en una secuencia cinematográfica. Nuestras bases espaciales móviles deberían poder hacer más que eso, ¿no es así?

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Dario Reblon
Me apasiona la fotografía y la tecnología que nos permite hacer todo lo que siempre soñamos. Soñador y luchador. Actualmente residiendo en Madrid.