Ha pasado horas planificando y construyendo su sistema de refrigeración. Ha leído detenidamente nuestros enfriadores de CPU AIO favoritos y ha decidido que quiere ir más allá. Ha buscado en Internet los ajustes perfectos y ha medido, cortado y vuelto a medir minuciosamente, porque «medir dos veces, cortar una vez» es algo que la gente dice, pero que rara vez se pone en práctica. Hay muchas cosas en las que tenemos que pensar, pero el enfriamiento personalizado no es nada sin su compañero: el líquido real.
La cuestión de qué líquido usar es polémica entre los entusiastas. Hay muchos refrigerantes diferentes en el mercado, desde premezclas que prometen reducir algunos grados, aditivos que extienden la vida útil de su refrigerante y tintes que juran que enfriarán sus componentes con estilo. Hay biocidas e inhibidores de la corrosión e incluso productos que se comercializan a sí mismos como «seguros» por ser completamente no conductores. Estos productos no son todos casos de linimentos de aceite de serpiente del siglo XXI, pero muchos de ellos tienen inconvenientes o, en algunos casos, resuelven problemas que en realidad no existen.
