(Crédito de la imagen: ventisca)

Mira, lo entiendo, la belleza está en el ojo del espectador y todo eso. Pero como me explicó una vez mi tutor de Estética en la universidad, el argumento de que todo el arte es completamente subjetivo es débil. Por ejemplo, si te dispusiste a escribir una balada desgarradora, pero terminas con una canción irlandesa cargada de trombón, entonces tu obra de arte es mala en una forma comprobable empíricamente. Por lo menos, ha entendido mal el resumen, que es más o menos donde estoy con las nuevas tarjetas Signature de Hearthstone.

Las tarjetas exclusivas se lanzaron junto con la expansión March of the Lich King esta semana, y la reacción a su aspecto ha sido abrumadoramente negativo. La idea detrás de Signatures es que son un tipo de tarjeta coleccionable nuevo y extremadamente raro, diseñado para mostrar más de las obras de arte a menudo estelares de Hearthstone. Las cartas utilizan un marco relativamente mínimo, presentan una obra de arte personalizada (es decir, diferente a la versión normal) y tienen un estilo visual basado en el conjunto del que forman parte. Y ahí es donde radica el problema de la primera tanda. Para complementar March of the Lich King, Blizzard ha optado por un efecto monocromático helado, y eso ha dejado a estas cartas con un aspecto increíblemente monótono.

Son suaves en la mano y aburridos en el tablero.

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Dario Reblon
Me apasiona la fotografía y la tecnología que nos permite hacer todo lo que siempre soñamos. Soñador y luchador. Actualmente residiendo en Madrid.