Los videojuegos ahora existen en una escala nunca antes vista: no solo la industria en general, sino los títulos individuales. Un juego como Call of Duty: Warzone 2 casi se da por sentado por segmentos de la audiencia, pero es una empresa insondable que se lanza en vivo a una audiencia enorme. No es de extrañar, entonces, que unos cuantos hidroaviones se deslicen por la red.

Los errores y fallas son una de esas cosas que son una característica de la escena contemporánea, y también algo así como un placer culpable. Con este último no me refiero a los malos que pierden el progreso o bloquean los juegos, cosas que en realidad arruinan una experiencia, sino a los accidentes fortuitos que hacen que los juegos hagan cosas extrañas e hilarantes.

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Dario Reblon
Me apasiona la fotografía y la tecnología que nos permite hacer todo lo que siempre soñamos. Soñador y luchador. Actualmente residiendo en Madrid.