Jinx, la artillera más famosa y querida de todo League of Legends, llega por primera vez a Fortnite celebrando el lanzamiento de la nueva serie animada de Riot, Arcane. Jinx, icónico personaje del famoso juego de estrategia 5 contra 5 llegó a la tienda el 5 de noviembre. !Así que compradla mientras podáis!

Jinx llegará a Fortnite como parte de el conjunto Arcane: League of Legends. En el que se incluirán el traje de Jinx Arcane, junto con la mochila Mono con platillos de Jinx, así como el pico Aplastador Pium Pium, que fue creado con las partes que han sobrado de Pium Pium. Además tendremos el tema instrumental de la sala Playground, banda orignial de la serie Arcane. Y por último, en el conjunto se nos incluye dos pantallas de carga, “!BOOM¡” y “Causando estragos”, así como el grafiti “Jinxeado”.

La pantalla de carga “Causando estragos”:

La pantalla de carga !BOOM¡:

Esta es la historia de Jinx dentro del Universo League of Legends:

Si bien varios solo ven en Jinx a una desquiciada cargada de una extensa variedad de armas letales, los hay que aún recuerdan en el momento en que era una niña de Zaun parcialmente inocente; una chica ingeniosa con enormes ideas que nunca logró cuadrar totalmente. Nadie sabe realmente bien qué fue lo que transformó a esa dulce niña en una infame máquina de caos y destrucción, pero, en cuanto sus fechorías comenzaron a ofrecer de qué hablar en Piltover, su talento sin igual para sembrar la anarquía adquirió un carácter legendario.

Jinx logró su notoriedad gracias a lo que ella denominaba «gastar bromas » a los habitantes de la región. En especial a esos con algún género de relación con los acomodados clanes mercantiles. El nivel de sus gracietas variaba, desde moderadamente molesto hasta extremadamente arriesgado. Logró denegar las calles el Día del Progreso al liberar una estampida de animales exóticos de los establos del Conde Mei. Interrumpió el comercio a lo largo de semanas cuando decidió adornar los conocidos puentes de la región con adorables (y enormemente destructivos ) mascafuegos. En una ocasión, incluso se las apañó para mover todos las señales de la región e intercambiar sus ubicaciones, lo que produjo enorme confusión.

Aunque las víctimas de esta alborotadora desconocida parecían ser aleatorias y su motivación se reducía a sembrar el caos, con sus fechorías siempre y en todo momento se las apañaba para interrumpir ferozmente el ajetreo ordenado de la región.

Como era de esperar, los guardianes atribuyeron una parte de sus actos a las pandillas de vándalos químicos de Zaun. A Jinx no le sentó nada bien que otros se hubiesen llevado el mérito de sus maquinaciones, por lo que se aseguró de hacerse ver en todos y cada uno de los niveles del crimen a partir de entonces. Empezaron a circular rumores sobre una enigmática zaunita de pelo azul armada con explosivos tecnoquímicos, un lanzacohetes con boca de tiburón y a una pistola de repetición. Las autoridades, evidentemente, no se tomaron en serio dichos comentarios. Al fin y al cabo, ¿de qué manera iba una rata de cloaca a hacerse con semejante arsenal?

La racha de bombardeos de Jinx parecía no llegar jamás a su fin, y todos los sacrificios de los guardianes por atraparla terminaban viéndose frustrados. Empezó a firmar sus destructoras piezas maestras con grafitis coloridos y mensajes en los que vacilaba a la novedosa compañera de la sheriff de Piltover, la agente Vi.

La reputación de Jinx medraba sin parar, y los habitantes de Zaun no conseguían decidir si considerarla una heroína por atosigar sin descanso a los piltis o una lunática peligrosa que se encontraba empeorando las relaciones entre las dos ciudades, ahora por sí bastante tensas.

Tras unos meses cada vez más sanguinolentos, Jinx desveló su mayor plan hasta hoy. Con su característico rosa fucsia, llenó las paredes de las Criptas Eclípticas (entre los bancos mucho más seguros de Piltover), en las que trazó una caricatura poquísimo favorecedora de la agente Vi adjuntado con información descriptiva de sus planes para atracar los depósitos que allí se custodiaban.

Una tensa espera se instaló en Piltover y Zaun, que adelantaba la fecha indicada para el golpe. Muchos vacilaban de que Jinx tuviese el valor de manifestarse y arriesgarse a que la capturaran.

En el momento en que llegó el día, Vi, la sheriff Caitlyn y los guardianes le prepararon una trampa a Jinx frente a la tesorería. No obstante, Jinx ahora había conseguido colarse dentro en un enorme cofre para monedas que habían entregado en el lugar días antes. Cuando Vi sintió un estrépito atronador emerger del interior del edificio, supo que Jinx había ganado nuevamente a los guardianes. Había destrozado el interior y la explosión había transformado las Criptas Elípticas en una pila de ruinas y cenizas. No había ni indicio de Jinx.

Hoy, sigue desaparecida y no deja de causar dolores de cabeza por todas partes a la población piltovana. Sus maquinaciones han servido de inspiración a las pandillas de vándalos químicos para cometer delitos parecidos, así como a incontables obras de teatro que retratan la incompetencia de los guardianes. Por otro lado, dieron sitio a expresiones coloquiales que están cogiendo fuerza en las dos ciudades (aunque nadie se animó aún a decirle a la cara a la agente Vi lo bien que le queda el rosa).

Tanto la meta final de Jinx como su innegable obsesión con Vi prosiguen siendo un misterio, pero sus fechorías no cesan y cada vez son más temerarias.

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