noticias del juego 600 años antes de que existiera Death Stranding, ya había gente recorriendo 300 kilómetros diarios para entregar paquetes
Hoy en día, puede parecer improbable viajar cientos de kilómetros a pie con un solo paquete. ¡No hace mucho era noticia!
En Death Stranding, deambulamos por un mundo roto donde incluso las infraestructuras más básicas ya no existen. Lo poco que queda de civilización se mantiene gracias a un sistema de repartidores que conectan unas colonias con otras. Aunque algunos vehículos juegan un papel importante en estos trayectos, la mayoría de los trayectos se realizan a pie y no sin dificultades. Una hazaña física para inspeccionar estos terrenos inadecuados a distancias enormes. Sin embargo, no hay nada de ficción en estas hazañas postapocalípticas. En efecto, Hace sólo 600 años, los chasqui, una red de repartidores incas, conectaban pueblos a lo largo de cientos de kilómetros.
En primer lugar, es importante tener en cuenta la inmensidad y complejidad del territorio inca. Actualmente, en automóvil, para conectar Cusco, ciudad no tan alejada del mar, con la ciudad costera más cercana, ¡se necesitan 16 horas! La razón son las deplorables condiciones del tráfico (terreno empinado y estrecho, carreteras precarias, grandes pendientes, etc.). Recorrer estas tierras a pie o a caballo es casi más práctico y rápido. Esto es lo que hicieron estos chasquis. Recorrieron cientos de kilómetros para conectar postes por tierras incas. Muchas veces hijos de líderes locales que demostraron su compromiso y lealtad al realizar este arduo trabajo.
Una red organizada
Cada estación estaba a aproximadamente 1 hora en coche de la siguiente y estaba conectada por una carretera y escaleras. Estos últimos estaban cubiertos de adoquines y atravesaban taludes, barrancos, puentes, etc. Estos corredores eran mucho más hábiles que cualquier aparato con ruedas y podían adaptarse a todo tipo de terreno. Los Chasqui transportaban paquetes, mensajes, pero también pueden transmitir información antes de llegar al sitio. De hecho, cada estación está equipada con un sistema de producción de humo que alerta a los alrededores de un posible ataque, por ejemplo. De esta forma, la alerta podría darse en unas horas a más de 300 kilómetros de distancia. También es la duración del viaje diario de un corredor.